5/2/11

Mendigos y banqueros

En abril del 97, Galdino Jesús dos Santos, un jefe indígena que estaba de visita en Brasilia, fue quemado vivo mientras dormía en una parada de ómnibus. Cinco muchachos de buena familia, que andaban de parranda, lo rociaron con alcohol y le prendieron fuego. Ellos se justificaron diciendo:


-Creímos que era un mendigo.


Un año después, la justicia brasileña les aplicó penas leves de prisión, porque no se trataba de un caso de homicidio calificado. El relator del Tribunal de Justicia del Distrito Federal explicó que los muchachos habían utilizado nada más que la mitad del combustible que tenían, y eso probaba que habían actuado movidos por la intención de divertirse, no de matar. La quema de mendigos es un deporte que los jóvenes de la clase alta brasileña practican con cierta frecuencia pero, por lo general, la noticia no aparece en los diarios. Texto de Eduargo Galeano. 

 ¿Qué diferencia hay entre quemar vivo a un mendigo y a un camarero, por ejemplo? ¿Y entre quemar a un mendigo y a un banquero?
En este texto, que nos lo creemos porque hay más razones para ello que para no hacerlo, vemos claramente la diferencia. ¿Y estáis de acuerdo? ¿Es menos injusto o se debe aplicar menos pena de cárcel si has matado a un mendigo que a una persona más "valiosa" para la sociedad? ¿Es que los mendigos, además de ser mendigos y de la mierda de vida que llevan (en principio y aparentemente), que manda cojones!, tienen menos derecho a vivir? Perdón por alterarme un poco... Pero es que, otra vez, manda cojones! Es lo único que se me ocurre decir (largo silencio mirando fijamente a los ojos a alguien que no me quiere dar la razón).

Hace poco publiqué una entrada sobre las cárceles y la grave manera que tienen los jueces de pasar por alto  las causas que llevaron a un individuo a robar o a asesinar (según qué casos... se vuelven justísimos, porque en cuanto se trata de violencia de género tododios castiga duramente al maltratador; cuando se trata de violencia a menores (sinfín de padres que dan de leches a sus hijos cuando se portan mal) la vara de medir parece que se acorta bastante, a que sí?). Pues como todo, y sin cansarme de repetirlo; todo  el problema es que el que juzga y el que es juzgado nunca verán con los mismos ojos a la Justicia, quizás porque no existe un concepto supremo, sabio y poderoso sobre todos como nos queréis hacer creer. Pues si bien publicaba esa entrada hace unos días, ésta vez le doy la vuelta: no voy a hablar de los agresores (víctimas en muchos casos), sino de las víctimas. Cuanto más pobre se es más rabia se le tiene a alguien y menos importancia se le dá en la sociedad, cuando debería ser al contrario! Negros, chinos, vagabundos, gitanos... Baa, qué más dá que unos mueran por centenas cada día y que otros vivan en las calles... No sirven para nada, rechacémoslos. Banqueros, actores y actrices, cirujanos plásticos, mercaderes... ¿Qué haríamos sin ellos? Ellos sí son gente importante, sí son de los nuestros, son los que sirven. Es lo que pensamos, lo sabéis. Y también sabéis que está mal, que ese planteamiento es lo más egoísta del mundo. Que si de un día para otro te echan del trabajo, te peleas con tu familia y apareces en la calle, te conviertes en uno de esos parásitos que ayer te daban igual y a ti también te dan por culo. El problema es que hay tanta y tanta gente que tiene su posición tan asegurada que ya no tiene miedo, y eso lo único que hace es que deje de sentir cada vez más.
Me pregunto si sería bueno que el mundo estallase y apareciésemos todos en pelotas y entre los escombros para que los mendigos y los banqueros estuviesen al mismo nivel, al que debieron seguir estando siempre, ser personas con derechos nada más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario