5/11/10

ANÁLISIS COMPLETO DE ESTE QUE LLAMAMOS "MIERDA DE MUNDO"


(y que lo es, sin duda).
Eduardo Galeano tiene una facilidad sorprendente para decir las cosas de forma "bonita" y que todo el mundo las entienda a la primera.
Todo lo que dice es cierto, pese a quien le pese, y no hay más que abrir los ojos y mirar a los lados, arriba y abajo para verlo.
Este libro que estoy leyendo ahora ("Patas arriba: la escuela del mundo al revés") me está haciendo reflexionar sobre muchas cosas que ya tenía claras y otras que no tenía tanto, y está convenciéndome más si cabe de que aquí HAY QUE HACER ALGO. Cuando leo frases como: "el mercado libre ha convertido a nuestros países en bazares repletos de chucherías importadas, que la mayoría de la gente puede mirar pero no puede tocar", pienso que no quiero formar parte de esa gente que se permite lujos, aunque los haya, y me siento orgullosa de no vivir entre ricachones y que el dinero no sea mi objetivo en la vida (aunque muchos creáis que esto se dice pero realmente no es verdad...). 
Estoy comprendiendo cosas tan obvias como que si no existiesen coches de lujo, nadie querría robar un coche. Es evidente, ¡pero la gente no lo sabe! 
Os recomiendo que os leáis este libro y dejéis por un momento los bestsellers actuales y Crepúsculos, Señores de los anillos y demás... La fantasía está muy bien, pero darse cuenta de la realidad os puedo asegurar que es todavía más sorprendente.
Os dejo una parte del libro que me encantó y ya había leído antes en otro sitio:


En la época victoriana, no se podían mencionar los pantalones en presencia de una señorita. Hoy por hoy, no queda bien decir ciertas cosas en presencia de la opinión pública:
el capitalismo luce el nombre artístico de economía de mercado;
el imperialismo se llama globalización;
las víctimas del imperialismo se llaman países en vías de desarrollo, que es como llamar niños a los enanos;
el oportunismo se llama pragmatismo;
la traición se llama realismo;
los pobres se llaman carentes, o carenciados, o personas de escasos recursos;
la expulsión de los niños pobres por el sistema educativo se conoce bajo el nombre de deserción escolar;
el derecho del patrón a despedir al obrero sin indemnización ni explicación se llama flexibilización del mercado laboral;
el lenguaje oficial reconoce los derechos de las mujeres, entre los derechos de las minorías, como si la mitad masculina de la humanidad fuera la mayoría;
en lugar de dictadura militar, se dice proceso;
las torturas se llaman apremios ilegales, o también presiones físicas y psicológicas;
cuando los ladrones son de buena familia, no son ladrones, sino cleptómanos;
el saqueo de los fondos públicos por los políticos corruptos responde al nombre de enriquecimiento ilícito;
se llaman accidentes los crímenes que cometen los automóviles;
para decir ciegos, se dice no videntes;
un negro es un hombre de color;
donde dice larga y penosa enfermedad, debe leerse cáncer o sida;
repentina dolencia significa infarto;
nunca se dice muerto, sino desaparición física;
tampoco son muertos los seres humanos aniquilados en las operaciones militares:
los muertos en batalla son bajas, y los civiles que se la ligan sin comerla ni beberla, son daños colaterales;
en 1995, cuando las explosiones nucleares de Francia en el Pacífico sur, el embajador francés en Nueva Zelanda declaró:
«No me gusta esa palabra bomba. No son bombas. Son artefactos que explotan»;
se llaman Convivir algunas de las bandas que asesinan gente en Colombia, a la sombra de la protección militar;
Dignidad era el nombre de unos de los campos de concentración de la dictadura chilena y Libertad la mayor cárcel de la dictadura uruguaya;
se llama Paz y Justicia el grupo paramilitar que, en 1997, acribilló por la espalda a cuarenta y cinco campesinos, casi todos mujeres y niños, mientras rezaban en una iglesia del pueblo de Acteal, en Chiapas.

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