26/9/11

VIVIR AL LÍMITE

Este pasado fin de semana otro accidente de tráfico golpeaba con fuerza la conciencia y la curiosidad de la gente que vive en el tramo de costa entre Fisterra y Carnota, Costa da Morte; Costa da Morte de chavales en accidentes de coche, y la mayoría por causa de la velocidad y la imprudencia. Pero no vamos a culparles, porque no se lo merecen, o sí? Suena durísimo cuestionarlo, pero la verdad es que es imposible no hacerlo.
Ha habido una cantidad de accidentes en la zona en la que vivo fuera de lo normal, tanto, que ya no nos sorprende la noticia de otro accidente. Nos acostumbramos. Pero nos acostumbramos a los accidentes en sí, como noticia, pero no nos acostumbramos a las tragedias, eso es imposible. De modo que cada vez que empieza a correr la voz cuando vuelve a pasar, todos nos sobrecogemos.

Quién?

En una zona en la que todos nos conocemos, de diferentes pueblos, pero todos coincidimos en los mismos sitios sobre todo si se trata de chavales de 15 a 25 años (discotecas, institutos, bares, etc etc.), nos ponemos nerviosos cuando empieza a correr la noticia y empezamos a barajar la noticia de quienes serían los que iban en ese coche. No somos tanto como una gran familia, pero si un gran conjunto que se resiente cuando pasan cosas de este tipo, y somos un conjunto porque guardamos algo en común. Primero se habla del sitio, otros hablan del coche e intentan reconocer de quién es, otros hablan de edades, de nombres... Pero lo que todos sabemos a ciencia cierta es que estamos hablando de conocidos, por lo menos, conocidos.

Siempre es un golpe. Sea quien sea.

Se han perdido muchas personas por accidentes. Otros muchos, se han quedado en muy mal estado y cuando pasa el tiempo y nos acostumbramos a ver a los "nuevos" a los "después del accidente" nos olvidamos de que han tenido un accidente. Tengo que excluirme de este sujeto, yo no me olvido. Me tiemblan las piernas cada vez que veo a "tal" en silla de ruedas, o se menciona a "cual" por cualquier motivo.
También he perdido amigos.
Soy consciente de que puede pasarme mañana a mi, o pasado mañana a mi mejor amiga, o dentro de una semana a mi madre. No me gusta. Pero lo que odio es tener que pensar que seguramente a quien le pase será porque no iba en su coche, o el que conducía, como debía ir. Me duele profundamente cada uno de esos accidentes en los que chavales de mi pueblo desaparecen de un día para otro por ir borrachos. Es una pena.

Está bien vivir al límite, hacer cosas de peligro, incluso lo defiendo! Una vida sin emociones no es nada...
Admiro a la gente que no le importa morirse mañana porque es feliz con su vida, día a día en lo que hace. Yo no puedo evitar que me aterre la idea porque pienso en la gente que me quiere, sobre todo en mi familia. Sé cómo sería para ellos, y por ello, antes que ser egoísta y vivir mi vida, pienso en ellos y los respeto comportándome de forma que mis experiencias no me pasen factura (a mí ni a ellos...). Podría tranquilamente hacer locuras porque por mí misma no me importaría morir mañana, soy feliz con mi día a día; pero por ellos no lo hago. Prefiero vivir en gris, y no en blanco ni en negro, y me siento orgullosa de ello. Sé que no seré noticia en un telediario, al menos, por mi culpa, y sé que mi madre no tendrá que torturarse preguntándose "por qué lo hice?" toda su vida.
No quiero decir nada en contra de los que sí son egoístas y viven su vida al máximo (no es malo, ni peor, simplemente es otra forma de vivir). Sin embargo, si todos respetáramos a la gente que nos quiere, al menos en un 50%, quizás no estaría toda la Costa da Morte llorando un día como hoy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario